Tras dos años abierto y pese a tenerlo a 20 minutos de casa no habíamos ido todavía a cenar y disfrutar de la magnífica visita guiada que hace Álvaro tras la cena. Acudimos cinco a cenar tras haber reservado por la tarde. Pedimos cervezas, tienen Túria, la noche se presenta bien. Pedimos cuatro tapas para compartir y un plato combinado por cabeza. (recomiendo pedir sólo tapeo si no tienes mucha hambre). Tapas: Bravas, correctas, morteruelo, bueno sin más, croquetas surtidas y panceta hecha a baja cocción buenísima. De segundo pido entrecot al punto. Salió todo muy rápido. De vino un reserva Rioja bastante bueno. Postre tiramisú casero muy rico. Después de los cafés tomamos una copa donde la chimenea y a las 11 la visita guiada, sorprendente. Todo en un entorno espectacular y por 28 euros por cabeza. Repito, cerveza previa, cena completa con Rioja reserva, postres, café y copa más visita guiada. A mejorar: Carta de vinos, hay vinos locales muy buenos pero no tienen en carta ninguno. La presentación de los postres. Los tiempos, pese a ser muy rápidos, a veces es excesivo. Los cafés y el postre no deben servirse a la vez. La formación de la camarera (no sabía que vinos había, y crianza y reserva no es una respuesta, valía más que hubiera dicho vino de la casa). Rumorosidad del comedor, además la mesa cojeaba y eran de diferentes alturas. Los de la mesa de al lado abrieron la ventana sin preguntar (si es cierto que nos la cerró Álvaro inmediatamente) Inmejorable: La atención y proximidad, el entorno, el ambiente. Seguid así, volveremos …
Sitio con historia, un espacio único en un pueblo, Moya, actualmente abandonado. Donde los gerentes Alvaro y Sara, así como su padre, te transmiten el amor por su tierra, Alvaro como buen profesor de historia te cuenta lo que aconteció en Moya así como la visita nocturna a la iglesia, muy conservada y restaurada con un retablo que es un regalo. Sin duda volveremos, todo fue un secreto descubierto y amado Gracias a la gestión tan familiar y cercana. Volveremos a visitaros💙
Pasamos una noche y nos gustó mucho, Álvaro está pendiente de todo, cenamos allí y todo buenísimo, luego nos llevaron a la visita guiada de la iglesia que hay al lado, super interesante , la verdad que es un sitio diferente, la vista del cielo por la noche vale la pena, aconsejable totalmente
Una estancia espectacular. Álvaro, el gerente se desvive por ti, incluso te hace una visita guiada nocturna para ver la iglesia y las estrellas. Una cama comodísima, la limpieza impresionante y la cocina no se puede ni explicar, una maravilla en calidad y cantidad, la verdad es que te deja impresionado . Un 10
El hotel rural de la Albacara ha superado las expectativas. La iglesia, rehabilitada y transformada en hotel rural con restaurante super bien. El hotel muy buenas habitaciones. Y el personal muy atento, amable y hospitalario. Nos han tratado super bien, y cualquier necesidad , la tienes. Una visita guiada nocturna por el castillo y una iglesia que abren para enseñarla. Los platos muy bien cocinados, y además cocina casera de la zona. Para repetir la excursión rural en un enclave con encanto.
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